Frente a la creciente crisis climática que afecta a comunidades indígenas y campesinas, se lanzó un ambicioso proyecto para fortalecer la resiliencia ambiental y mejorar la calidad de vida en territorios vulnerables.
El evento de presentación en Santa Cruz reunió a líderes indígenas, autoridades locales y expertos en conservación, quienes abordaron problemáticas clave en la Chiquitanía y el Chaco, como la relación entre agua, bosques y comunidades. La investigadora Mónica Guzmán expuso sobre el impacto de los incendios en la seguridad hídrica, mientras que Magda Catorceno, del INTI ILLIMANI, destacó los beneficios de las cocinas solares para reducir la contaminación y mejorar la salud de las familias.
Nardy Velasco, líder de la Central Indígena Amanecer Roboré, subrayó la importancia de combinar la producción de alimentos con la reforestación de plantas nativas y medicinales, recuperando conocimientos ancestrales.
Este proyecto, que se ejecutará entre 2025 y 2029, busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalecer la adaptación al cambio climático a través de cinco componentes clave:
- Cocinas Mejoradas: 5.000 familias reducirán más de 31.000 toneladas de CO₂ en cinco años.
- Acceso al Agua: 1.550 familias contarán con infraestructura para agua segura.
- Sistemas Agroforestales: Implementación de 460 sistemas para seguridad alimentaria y conservación.
- Huertos Agroecológicos: Creación de 200 huertos familiares sostenibles.
- Educación Ambiental: Capacitación a 1.000 niños y 65 maestros en sostenibilidad.
La iniciativa se implementará en municipios de Santa Cruz, Chuquisaca y Potosí, beneficiando a cientos de familias en zonas de alta vulnerabilidad. El proyecto es liderado por PRODECO y Terre des Hommes Alemania (TDH-A), con un enfoque de inclusión, rescate de saberes locales y desarrollo sustentable.
