Tres de cada cuatro países en América Latina y el Caribe están altamente expuestos a eventos climáticos extremos, lo que impacta directamente en su seguridad alimentaria, según un informe de agencias de la ONU publicado la semana pasada.
Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), advirtió que la variabilidad climática y los fenómenos extremos representan una amenaza para la estabilidad alimentaria y la nutrición en la región. En este contexto, destacó la urgencia de implementar políticas y acciones que fortalezcan los sistemas agroalimentarios. «La resiliencia nos permite anticipar, prevenir, absorber, adaptar y transformar, de manera positiva y eficaz, los impactos del cambio climático y otros riesgos», explicó.
Impacto del cambio climático en la producción de alimentos
Eventos climáticos como sequías, inundaciones y tormentas han reducido la productividad agrícola, alterando las cadenas de suministro de alimentos y elevando los precios, poniendo en riesgo los avances logrados en la reducción del hambre y la desnutrición.
El informe, titulado «Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2024», presentado en Santiago de Chile, ubica a América Latina y el Caribe como la segunda región más vulnerable a eventos climáticos extremos, solo después de Asia. Al menos 20 países (74 % de los analizados) enfrentan una alta frecuencia de estos fenómenos, y 14 (52 %) son considerados particularmente vulnerables, ya que el cambio climático impacta directamente en sus niveles de subalimentación.
Además de los factores climáticos, la inseguridad alimentaria en la región se ve agravada por desafíos estructurales como conflictos, crisis económica, desigualdad, falta de acceso a dietas saludables y entornos alimentarios poco sostenibles. Entre 2019 y 2023, la prevalencia de la subalimentación aumentó en 1,5 puntos porcentuales en los países afectados por la variabilidad climática y los extremos meteorológicos, con mayor impacto en aquellas naciones que atraviesan recesiones económicas.
Disparidades en la lucha contra el hambre
En 2023, el hambre afectó a 41 millones de personas en la región, lo que representa una disminución de 2,9 millones respecto a 2022 y 4,3 millones en comparación con 2021. Sin embargo, esta tendencia no es uniforme en todas las subregiones. Mientras que en Mesoamérica la prevalencia del hambre se ha mantenido estable en 5,8%, en el Caribe ha aumentado en los últimos dos años, alcanzando un preocupante 17,2% .
A pesar de estos desafíos, la inseguridad alimentaria moderada o grave ha mostrado mejoras por segundo año consecutivo, cayendo por primera vez en 10 años por debajo del promedio mundial. En total, 187,6 millones de personas en la región enfrentaron algún nivel de inseguridad alimentaria en 2023, una reducción de 19,7 millones respecto a 2022 y de 37,3 millones en comparación con 2021.
Factores de recuperación y desafíos pendientes
El informe atribuye la reducción de la inseguridad alimentaria a la recuperación económica en América del Sur, impulsada por programas de protección social, políticas pospandemia y esfuerzos para mejorar el acceso a los alimentos. No obstante, ciertos grupos poblacionales, como las comunidades rurales y las mujeres, siguen siendo los más afectados. La brecha de género en la inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe continúa siendo mayor que el promedio global.
En cuanto a la desnutrición, el informe señala que el retraso en el crecimiento afecta al 11,5 % de los niños menores de cinco años en la región, una cifra inferior al promedio mundial del 22,3 %, aunque con una desaceleración en los avances recientes.
Karin Hulshof, directora regional de UNICEF, alertó sobre la coexistencia de desnutrición y sobrepeso en la región, una «doble carga» que pone en riesgo el desarrollo infantil. «Uno de cada 10 niños y niñas menores de cinco años en América Latina y el Caribe vive con desnutrición crónica», señaló.
Por otro lado, el sobrepeso infantil ha ido en aumento: en 2022, el 8,6% de los niños menores de cinco años en la región lo padecía, superando el promedio global del 5,6%. El alza ha sido particularmente pronunciada en América del Sur, donde el sobrepeso infantil ha crecido 1,2 puntos porcentuales entre 2012 y 2022.
Acceso a dietas saludables: un reto clave
Otro de los desafíos críticos identificados en el informe es la falta de acceso económico a dietas saludables. En 2022, 182,9 millones de personas en la región no podían permitirse una alimentación adecuada, aunque esta cifra mostró una leve mejora respecto a 2021.
El director de la OPS, Jarbas Barbosa, enfatizó la importancia de una alimentación saludable para prevenir enfermedades no transmisibles y mejorar el bienestar general de la población.
IPS Noticias para la web, la foto es de la FAO. IPS