La Mesa de Visión Nacional de radio Santa cruz abordó el tema Uso de semillas transgénicas y en la discusión que se prolongó por más de una hora quedaron al descubierto la falta de transparencia, la presión política y los intereses económicos de los productores agrícolas que buscan la modificación de la normativa sobre organismos genéticamente modificados, concretamente la aprobación del Ejecutivo para introducir en Santa Cruz una soya transgénica resistente a la sequía.
El panel de invitados estuvo integrado por Antonio Sanjinés, experto del programa Soya responsable de la unidad de agroecología de Productividad Biósfera y Medio Ambiente (Probioma); Jaime Hernández, gerente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo); Marín Condori, productor y docente universitario, e Isidoro Barrientos, presidente de la Cámara de Pequeños Productores del Oriente (Capo).
“No se puede vivir de filosofía, necesitamos producir”, enfatizó Condori ante los cuestionamientos sobre la prohibición vigente y la falta de información respecto a la incidencia de los transgénicos en el medio ambiente, la salud de los consumidores y los impactos sociales que se minimizan con el argumento de la productividad.
“El tema es polémico porque no hay consenso científico sobre la seguridad y se debe sobreponer el principio de precaución”, insistió Sanjinés al resaltar que no existe transparencia por parte de los reguladores (el Estado), tampoco de las empresas que ofrecen la tecnología, ni se puede confiar en los estudios que se presentan porque los financian ellos mismos y por ello Probioma impulsa la producción de soya sostenible en términos sociales y ambientales.
Hernández aclaró que el requerimiento es muy concreto (la soya transgénica resistente a la sequía) aunque admitió que gradualmente se espera alcanzar al maíz, la caña y el algodón. “Queremos hacerlo de forma ordenada y responsable, cuando ingresa de contrabando es perjudicial, hay productores que usan maíz transgénico”, apuntó al remarcar que el sector productivo ayuda a garantizar la seguridad y soberanía alimentaria.
¿Cuál seguridad y cuál soberanía?, si los transgénicos tienen impacto en esos mismos derechos a la seguridad y soberanía alimentaria, se le cuestionó y dijo que se aportan mil millones de dólares anuales en exportaciones y que la producción de otros alimentos tiene un efecto multiplicador importante que ayuda a generar empleos y a dinamizar la economía.
“El productor no trabaja para perder”, señaló Barrientos, e indicó que están esperando la respuesta a una carta en la que exigen, en un plazo de 30 días, el funcionamiento del Comité de Seguridad conformado por varios ministerios para que traten el tema y que luego se declararán en emergencia. Esta cámara de productores, reconoció, está respaldada políticamente por la Federación de Interculturales, Bartolinas y Campesinos, todas afines al partido de gobierno, el MAS. Justificó la presión política señalando que deben buscar alternativas y mejores condiciones.
“Es una sentida necesidad de los productores. El acceso a esta herramienta mejora la productividad y combate condiciones climáticas adversas”, complementó el gerente de Anapo.
Una oyente preguntó por qué si se trataba de una tecnología buena era aceptada apenas por un puñado de países, entre los que está Bolivia, y si la tendencia internacional es reducir los transgénicos e impulsar la producción orgánica, por qué se insiste en incorporar productos modificados genéticamente.
El experto de Probioma puso como ejemplo a potencias agrícolas como Francia y Alemania que han logrado niveles de rendimiento equiparables sin necesidad de recurrir a transgénicos. “Vamos en contracorriente mientras otros adoptan legislación para eliminarlos”, dijo y aseguró que grandes empresas y consumidores están demandando productos libres de transgénicos.
Condori retrucó: “hablamos alegremente sin base técnica fundada, el agricultor adopta lo que le conviene”.
En la Mesa de Visión Nacional se escuchó también al ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico. “Somos conscientes que cuando hablamos de producción y el aporte de la biotecnología se tiene que hablar poco a poco. Es un concepto muy amplio, para aprovechar la ciencia y la tecnología. No es fácil asumir este tipo de decisiones, ojalá que la comisión pueda presentar su informe”.
Al final del programa se convino en que la temática es bastante amplia y que la falta de datos confiables y de transparencia impide tener una mejor información. Sin embargo, la discusión fue calificada como provechosa por los invitados, que tienen pocas oportunidades de exponer sus argumentos juntos en una mesa y en un ambiente de respeto y tolerancia.
Escucha – La Mesa De Visión Nacional
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